El confidente.
Por:Lozano Zamora Paola S.
En las sociedades paleolíticas
primitivas, quienes cortaban el pelo eran las personas con más autoridad en los
grupos sociales. Se pensaba que en el cabello residía el alma de la gente, que
era una manifestación de los pensamientos. Cortarlo era una forma de quitarse
la esencia de lo malo acumulado en ellos y renovar energías. Por eso esa tarea
era confiada a los más sabios. Algunas culturas tenían creencias espirituales y religiosas donde los barberos
(La palabra barbero proviene del vocablo latín barba. Otra palabra
relacionada a la profesión de barbero es tensorial que significa corte) participaban en
ceremonias como matrimonios y bautizos cortando a las personas el cabello que
colgaba hacia abajo y al atarlo de nuevo con fuerza evitaban que los malos
espíritus no pudieran entrar, asegurándoles prosperidad y felicidad.
Durante el paso del tiempo, como
otras muchas cosas esto ha ido evolucionando constantemente lo que antes se
conocía como un proceso de algún tipo ritual o ceremonia, ahora es solo algo más
superficial. Solo parte de nuestra apariencia personal. Vanidad.
Las personas solemos disponer de
características personales muy distintivas y singulares que definen muchas
veces nuestras maneras de ser y comportamientos, nos definen ante los demás,
determinan nuestras acciones y hacen que seamos reconocibles por ellas.
Cada vez más, el hombre busca lograr una imagen
agradable para los demás o para sí mismo; ¿Y tiene algo de malo que el hombre
quiera verse bien? claro que no.
Durante mucho tiempo el quererse ver bien ya sea para agradarle a alguien o simplemente de una satisfacción con uno mismo (y a veces
no tanto por lo que se es, sino por lo que se cree ser) era bien visto por el
lado de la mujeres y en los hombres algo más morboso. Durante la década de los '70, entre
los hombres se ponen de moda cortes y peinados con el cabello muy largo, con
largas patillas y armados en permanente, o laqueados. Pero las peluquerías tradicionales
masculinas, en general, no atenderán estos servicios y entonces los barberos
expandirán su clientela y atenderán a hombres y mujeres juntos.
Dejando de ser
un uso exclusivo para los hombres y convirtiéndose en Salón Unisex. Conforme más
pasa el tiempo son más comunes las peluquerías unisex y la existencia de una barbería
ha ido disminuyendo cada vez más. Es más común que ahora las mujeres encuentren
un lugar donde pueden sentirse especial, donde el trato es únicamente en el
cuidado de su apariencia, donde pueden tomar café mientras a la vez socializan
y desahogan sus penas. Mientras que los
hombres son ellos mismos quienes en casa cuidan de su aspecto ya que para
muchos les es incómodo acudir a un salón
de belleza, donde a pesar de ser unisex (para ambos sexos) lo que predominaba
son las mujeres y la mayoría de las veces atendidos por las mismas.
"LA BARBERÍA" reconoce
la creciente demandada de hombres preocupados por su apariencia y salud .Los
hombres han perdido su espacio, que de una u otra manera ha sido invadida por
las mujeres. Ellos también como nosotras ocupan un lugar. Donde es un refugio,
un escape de las esposas y las persistentes preocupaciones del mundo. Un entorno que puede reforzar egos y servir de
apoyo, por excelencia el barbero o peluquero es un confidente al que le cuenta
lo que siente y lo que vive y al que a su vez le pide consejos y este le
corresponde y en quien se deposita la confianza del ego, donde cortarse el
cabello y afeitarse se convierte en una terapia de amigos y relajación; un
lugar creado de la donde los hombres pueden ser hombres. Corte, conversación, rasurada,
boleada y tu refresco. Donde lo que importan son ellos, es su entorno su
espacio.
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